El parque de Santa Margarita fue un antiguo monte convertido en uno de los pulmones de la ciudad. De eso hace ya 57 años, cuando un proyecto municipal sirvió para sanear el área y ganar un espacio de unos 53.000 metros cuadrados.
Este parque donde hay más de 70 especies botánicas llegadas de distintos continentes, no dejó de acoger múltiples servicios. Estanque, juegos infantiles, anfiteatro al aire libre, bancos y mesas para jugar o degustar de una comida o una merienda, un antiguo molino, y hasta un museo, la Casa de las Ciencias, y un escenario incomparable para la celebración de todo tipo de eventos, el Palacio de la Ópera.
Pues bien, todo lo que ofrece este parque «se encuentra en un estado lamentable, de abandono total», denuncian los vecinos de la zona y, sobre todo, los numerosos visitantes a este pulmón verde. Y enumeran todas y cada una de las «graves deficiencias» de esta área. Denuncian que existen zonas del adoquinado que están totalmente levantadas, «y se convirtieron en un gravísimo y alto riesgo de caídas para los corredores o los paseantes». El antiguo estanque está lleno de maleza, y por los que se construyeron a su lado «ni tan siquiera corre el agua desde hace tiempo».
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