En los últimos tiempos se está llevando a cabo una transformación económica nítida, dejando parte del mercado tradicional en uno más interactivo que tiene a la red de redes como herramienta vehicular.
Todos los componentes de estas actividades, tanto de forma directa como indirecta, también se han debido actualizar hacia las nuevas tecnologías. Por ende, las formas de publicidad de estos bienes y servicios incluso se han focalizado más hacia las redes sociales o nuevas formas de comunicación, dejando una parte subsidiaria de su difusión a los medios de comunicación de masas como radio y televisión.
Una de las parcelas que más han visto modificadas sus actuaciones es el del juego digital. En este sentido, el segmento de los casinos online en España ha sufrido una enorme transformación, marcando el camino para otras opciones de ocio, sobre como poder modificar una actividad por completo y focalizarla en internet prácticamente en su totalidad.
La publicidad de esta forma de entretenimiento por lo tanto busca a sus potenciales clientes a través de la red de redes, con lo que los organismos encargados de controlar esta difusión en cada país deben adecuar sus actuaciones y reglamentos, adaptándose a esta nueva realidad. En España, esta entidad es la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que recientemente presentó un exhaustivo estudio sobre este ámbito.
Aunque no se sea un gran experto de marketing, es lógico pensar que, para liderar cualquier mercado, o al menos hacerse un hueco visible, la publicidad es necesaria. Con esta acción se llegará a un público potencialmente mayor, y con ello se aumentará la capacidad de poder generar un mayor negocio.
Este hecho es constatable con datos generados en torno a la comunicación interactiva. Se estima que en 2019 la publicidad en línea generó unos 3450 millones de euros en ventas directas, suponiendo este número un crecimiento interanual del 20 por ciento.
Debido a esta tendencia de crecimiento, los organismos competentes en la tutela de este tipo de acciones publicitarias deben tomar buena nota, y establecer un marco regulatorio claro para que todas las empresas puedan operar dentro de los cauces legales.
Este último término no se cumple por completo dentro del sector del juego online. Las últimas regulaciones implantadas por el ejecutivo en torno a la publicidad online de esta naturaleza, no ha hecho nada más que sembrar dudas en torno a lo conveniente o no de la implantación de algunas de estas medidas controvertidas que están muy lejos de ofrecer el fruto deseado.
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