El día a día nos lo deja cada vez más claro: hay un notable auge en la venta de manualidades en todo el mundo.
El mundo ha pasado dos años muy difíciles. Todos los hemos pasado y hemos sufrido lo que nos trajo aquella pandemia que nadie habría imaginado vivir. Sin embargo, estos años también han servido para que muchas personas encuentren un nuevo camino a seguir, hasta una nueva profesión a la que dedicarse.
La muestra más clara es el auge en la venta de manualidades. La venta de productos hechos a mano se ha disparado, sobre todo en internet, y lo cierto es que es lógico que este fenómeno tenga lugar si tenemos en cuenta la trayectoria de estos últimos años.
Para empezar, la proliferación de plataformas online y la presencia de webs dedicadas a facilitar la venta a los usuarios ha hecho que cualquiera tenga un mayor alcance a la hora de vender lo que hace. Los portales webs que listan catálogos de manualidades hechas por diferentes usuarios se pueden contar por decenas, cosa que sirve mucho también para quienes buscan comprar algo personalizado o diferente.
Tampoco hay que dejar atrás lo vivido años atrás. En tiempos de restricciones, de confinamientos y de distanciamiento social, la población ha tenido más tiempo que nunca para buscar nuevos hobbies, explorar nuevas formas de pasar el tiempo y descubrir vocaciones que jamás habría imaginado.
Tantas horas en casa han servido para que muchísimos y muchísimas descubran lo divertido que puedes ser crear algo con tus propias manos. El DIY ya era un fenómeno que se estaba expandiendo hace años, pero, desde 2020, su evolución solo se puede calificar de boom.
¿Y lo mejor de todo? No es solo el hecho de que más personas encuentren algo que les guste o una forma de ganarse la vida. También es el hecho de que esta situación está haciendo que otros negocios crezcan.
El genial daño colateral del boom de las manualidades
Para empezar, los almacenes de alquiler han visto un aumento de demanda. Todos los que empiezan a dedicarse más seriamente a la venta de manualidades necesitan guardar sus creaciones o los materiales en un sitio seguro, y al final acaban recurriendo al alquiler de almacenes.
Este tipo de almacenes les permiten seleccionar el espacio exacto que necesitan, ya que existen almacenes de distintas medidas. Además, los de Trastering, por ejemplo, suelen estar situados en planta baja de fácil acceso en coche.
Pero más allá de los almacenes de alquiler, otros sectores están viendo un impacto positivo en el boom de la profesionalización de las manualidades. También podemos hablar de cómo las mercerías se han nutrido enormemente de esto, al ser las principales proveedoras de los materiales necesarios para muchas de las manualidades que se llevan a cabo, o incluso los servicios de dominios y alojamientos web, necesarios para crear las plataformas online con las que se venden estas creaciones.
Más máquinas de coser, más herramientas, más materiales… Todo esto ha visto un aumento de su demanda por parte de estas personas que han encontrado un camino a seguir en la creación y venta de manualidades. Todo esto ha disfrutado de un crecimiento que, lejos de estancarse, parece que seguirá en aumento durante los próximos años.
¿Quién iba a imaginar que pasar tanto tiempo encerrados en casa iba a provocar algo así?